Su destacada trayectoria sigue siendo una de las más exitosas de los campeones del mundo y, sin embargo, en el ámbito personal Jackie Stewart se sentía solo. Su excelente capacidad de comunicación le ayudó a incrementar su popularidad. Estableció nuevas normas de profesionalismo en los pilotos y también fue pionero en la explotación de las carreras de Fórmula 1 comercialmente. Su gran inteligencia y energía incansable le ayudaron, pero no necesitó de toda esta influencia para demostrar que era un gran piloto de carreras.
John Young 'Jackie' Stewart nació en Dumbartonshire, Escocia, el 11 de junio de 1939. Su padre era propietario de un garaje y su hermano mayor Jimmy, hombre de negocios, fue el primero de la familia en dedicarse a las carreras, aunque su madre no lo aprobaba. Hubo temores sobre el futuro de Jackie porque fue un fracaso en la escuela y la dejó a los 15 años de edad, posteriormente se le diagnosticó una dislexia severa, lo que hizo que sus logros posteriores fuesen aún más notables. Siendo todavía un adolescente comenzó a practicar el tiro al plato, convirtiéndose en uno de los mejores tiradores de Gran Bretaña. Comenzó en las carreras de berlinas y deportivos donde rápidamente demostró una gran talento nato, que le condujo al equipo de Ken Tyrrell contratándolo para la temporada 1963 de las series de Fórmula Tres Británica, en la que el veloz escocés ganó siete carreras seguidas.
En 1965 se incorporó a la Fórmula 1, con el equipo BRM y allí corrió durante tres temporadas, ganando dos Grandes Premios y estableciéndose firmemente como un corredor nato. En 1968, cuando Ken Tyrrell decidió pasarse a las carreras de Fórmula 1, Stewart se asoció con él para formar lo que se convertiría en una de las más productivas asociaciones de la Fórmula 1. En sus seis temporadas con Tyrrell, Stewart fue casi siempre el conductor de batir y se mantuvo así hasta que se jubiló a fines de 1973 a la edad de 34 años. Su carrera, que cuenta con 27 victorias y tres campeonatos mundiales en 1969, 1971 y 1973 le convirtieron en el mejor piloto desde Juan Manuel Fangio, pero las marcas que dejó en este deporte van mucho más allá de los libros de records.
Casi sin ayuda, y en contra de una fuerte oposición, la cruzada de Stewart fué la de mejorar las medidas de seguridad, y finalmente dió sus frutos, salvado innumerables vidas en lo que había sido el más mortífero deporte en el mundo. En un período especialmente peligroso, durante su época, las posibilidades de que un conductor que compitiera durante cinco años resultase muerto ascendían a dos de cada tres. En 1970, Stewart quedó desolado por la muerte de sus amigos más íntimos, Piers Courage y Jochen Rindt. En 1973, su compañero Francois Cevert en Tyrrell resultó muerto en lo que iba a ser la última carrera de Stewart. El equipo se retiró como señal de respeto, pero Stewart redobló sus esfuerzos por mejorar la seguridad.
Stewart se dio cuenta de la necesidad de incrementar las medidas de seguridad con la muerte se produjo en 1966 en el Gran Premio de Bélgica, en el circuito de Spa notoriamente peligroso. En la primera vuelta, una repentina lluvia lo envió a mitad del campo tras girar en una curva de izquierdas. Stewart quedó atrapado en una zanja en su arrugado BRM con fugas de combustible a su alrededor. No había comisarios de pista, y los conductores pilotaban tan cerca de los espectadores que también sufrían los accidentes. "Realmente era un montón de huesos rotos", recuerda Stewart. "Este es un deporte que provoca graves lesiones y la muerte está estrechamente relacionada con él, aún no hay infraestructuras que lo apoyen, y muy pocas medidas de seguridad para evitar graves lesiones. Por lo tanto, sentí que tenía que hacer algo".
Él fue quien introdujo los cascos integrales y los cinturones de seguridad para los conductores, y contribuyó a crear la unidad médica de los Grandes Premios que viajaría a todas las carreras desde entonces. Comenzó una campaña en favor de las barreras de seguridad y mayores escapatorias en zonas especialmente peligrosas como las curvas, para proteger a los espectadores y a los conductores.
"Pero hubo críticas por parte de los medios de comunicación, incluso de algunos conductores", recuerda Stewart. "Se me dijo que estaba eliminado lo romántico de este deporte, que las medidas de seguridad hicieron desaparecer la espectacularidad que rodeaba al automovilismo. Dijeron que no tuve agallas. Sin embargo, muchos de esos críticos jamás se estrellaron a 150 millas por hora. Afortunadamente, yo Sigo pensando que todo esto fué un gran éxito. Gané carreras en condiciones peligrosas, y eso me dio una mayor influencia. Por ejemplo, gané cuatro veces en el original Nurburgring en Alemania, la pista más peligrosa del mundo y, sin embargo, siempre temo ese lugar. En 1968 gané allí por más de cuatro minutos con una espesa niebla y lluvia en condiciones en que era imposible ver la carretera. Esa carrera nunca debería haber sido celebrada, y haber ganado por un gran margen me dio aún más credibilidad cuando exigí la mejora de la seguridad. Pero no habría hecho lo que hice, si hubiese querido ganar un concurso de popularidad".
Y, sin embargo, el carismático y brillante Stewart se hizo muy popular entre el público. Llevar ropa negra y el cabello como el de una estrella de rock, hicieron que Stewart se convirtiera en una celebridad internacional, la primera superestrella de la Fórmula 1. Aunque siempre fue un hombre de familia (profundamente dedicado a su esposa Helen y sus hijos Paul y Mark), fue visto como el atrevido piloto de carreras con un estilo de vida glamurosa, que se codeaba con la realeza, prominentes políticos, músicos y estrellas del cine.
También frecuentaba las salas de juntas empresariales de las grandes empresas y se convirtió en un multi-millonario mucho antes de que colgara el casco. Fue actor en anuncios comerciales de televisión y campañas de publicidad, dio discursos, asistió a giras de promoción en todo el mundo y tiene oficinas en Londres, Nueva York y Suiza, donde vivió por varios años. Stewart estuvo en buena posición para sacar provecho de los dividendos proporcionados por la llegada de los principales patrocinadores de Fórmula 1 cuando se convirtió en un espectáculo mundial de televisión, un fenómeno en el que también desempeñó un papel importante.
Se convirtió en una personalidad muy codiciada por los medios de comunicación y participó como comentarista de televisión, explicando los entresijos de este deporte, haciendo una incansable promoción del mismo. En 1971 trabajó para la televisión ABC, como co-anfitrión de la gran red de América del directo del Gran Premio de Mónaco. Sobre la parrilla de salida, antes de comenzar la carrera, Stewart habló a la cámara explicando en detalle lo complicada que sería la carrera en este circuito. Al finalizar la prueba, en la línea de meta, se quitó su casco y de nuevo se dirigió a la cámara, explicando la forma en que había ganado.
Siempre fue un ganador (incluso su nuevo equipo, el Stewart Grand Prix, en 1999 ganó antes de venderlo a Ford, pasando a llamarse Jaguar, y que no llegó a ninguna parte) y Jackie Stewart sigue siendo uno de los más conocidos campeones de Fórmula 1. Aún ama este deporte y en 2001 recibió el título de caballero por sus contribuciones a éste.
John Young Stewart (Milton, Escocia, 11 de junio de 1939) fue uno de los dominadores de la Fórmula 1 de finales de los 60 y comienzos de los 70.
Inicios
Jackie Stewart es una de esas personas que llevan el motor en la sangre desde que nacen, y es que en su familia era algo que estaba muy presente. El padre del escocés, mecánico de profesión, había sido piloto de motos, mientras que su hermano llegó a disputar el GP de Gran Bretaña de 1953. Con un escaso éxito escolar a causa de su dislexia, Stewart tuvo en principio que dedicarse al tiro con arco, ya que tras un accidente sufrido por su hermano, sus padres desaprobaban que se pusiera tras un volante. A pesar de sus buenas maneras con el arco y en contra de la opinión de sus padres, Jackie finalmente se dedicó al deporte de las cuatro ruedas. Sus primeros pasos fueron posibles gracias a Barry Filer, un cliente del negocio de sus padres, que le dio la oportunidad de probar uno de sus coches. El éxito de aquel primer contacto llegó a oídos de Ken Tyrrell.
Fórmulas de promoción
En 1963 y bajo la atenta mirada de Tyrrell, Stewart sorprendió a propios y extraños al superar a Bruce McLaren en un test con un Cooper F3. Jackie fue más rápido que su rival, que ya llevaba ocho años corriendo en Fórmula 1, y Tyrrell le ofreció un asiento en su equipo. En 1964, para que fuera ganando en experiencia, corrió la Fórmula 3, en la que ganó siete carreras seguidas.
Primeros pasos en la Fórmula 1
El salto a la Fórmula 1 se produce en 1965. Por aquel entonces el equipo Tyrrel no competía aún en la categoría reina, por lo que firmó por el equipo Owen Racing Organisation, que utilizaba chasis y motores BRM. Su carrera de debut fue el Gran Premio de Sudáfrica, en el que terminó sexto. En las cinco carreras siguientes completó cuatro podios, y en el GP de Italia de ese mismo año logró su primera victoria, terminando el campeonato en tercera posición. La temporada siguiente no fue tan positiva para Stewart, ya que tan sólo consiguió terminar en tres carreras. El año comenzó con victoria en el primer Gran Premio, el de Mónaco, pero en la siguiente cita, en Spa, sufrió un accidente que le marcó de por vida. Bajo una lluvia muy intensa, Stewart quedó atrapado en su monoplaza, el cual no paraba de perder combustible.
Las medidas de seguridad en la época eran precarias, y sólo la ayuda de otros dos pilotos posibilitó que saliera del vehículo. La rocambolesca historia no acaba ahí, ya que la ambulancia que le transportaba al hospital no conocía el camino y acabó extraviándose. Tras esa carrera, Jackie inició una lucha particular por mejorar la seguridad en la Fórmula 1, tanto para los pilotos como para los espectadores. En 1966 tuvo lugar también su debut en la Indianapolis 500, carrera que tuvo que abandonar por problemas mecánicos, pero que tras liderar durante 40 vueltas le valió para ser elegido 'Rockie del año'. 1967 no sería mucho mejor año que el anterior. Esa temporada tan sólo logró terminar dos carreras, y volvió a participar en la 'Indi' 500, repitiendo retirada.
La unión con Tyrrell
Las cosas mejoraron sustancialmente en 1968, finalizando el campeonato del mundo. Su fichaje por el equipo de Ken Tyrrell, con chasis Matra y motores Ford comenzó a dar resultados. Para el recuerdo quedará su victoria en el Gran Premio de Alemania de 1968, en el que se impuso con un margen de cuatro minutos y tres segundos al segundo clasificado, ni más ni menos que Graham Hill. A pesar de tamaña demostración, la victoria final en el Mundial sería para el piloto inglés, pero Stewart comenzaba a dar mucha guerra. La temporada siguiente sería la de su consagración. Lograría seis victorias, y se impondría con una diferencia abismal sobre su perseguidor más próximo, Jacky Ickx. Stewart se convertía en ese momento en el primer (y hasta el momento único) piloto en ganar el campeonato con un coche de construcción francesa.
En 1970 se produjo la ruptura definitiva con Matra, que quería utilizar sus propios motores, mientras que Tyrrell y Stewart querían continuar con los propulsores Ford. Tyrrell optó por comprar un chasis de Matra, y el equipo pasó a denominarse Tyrrell Racing Organisation. El ambiente revuelto acabó pasando factura y el piloto escocés completaría un discreto campeonato, que finalmente sería para Jochen Rindt atítulo póstumo. La temporada siguiente, con el patrocinio de Elf, deparó el segundo título para Stewart, y de nuevo con un dominio de principio a fin y logrando seis victorias. El tricampeonato tendría que esperar aún dos temporadas, ya que en 1972 se cruzó en su camino Emerson Fittipaldi, que lograba el título en su tercera temporada en la Fórmula 1. Finalmente fue en 1973 cuando Stewart entró en el selecto club de pilotos que acumulan tres títulos de campeón del Mundo, pero la victoria final estuvo marcada por la trágica muerte de su amigo y compañero de equipo Fraçois Cevert, en la clasificación del Gran Premio de Estados Unidos de 1973, el último de la temporada. Stewart, con el campeonato en el bolsillo, no tomó la salida ese día, y se retiró de las pistas tal y como tenía ya planeado.
Una vez finalizada su carrera como piloto, Stewart siguió unido al mundo del motor y particularmente a la Fórmula 1. Actualmente realiza labores como comentarist en la televisión estadounidense, y de 1997 a 1999 tuvo su propio equipo de Fórmula 1 en colaboración con su hijo, Paul Stewart. El Stewart Ford, tuvo en sus filas, entre otros, a Rubens Barrichello y Johnny Herbert, recayendo en el inglés el honor de ser quien dio al equipo del mítico piloto su única victoria, en el Gran Premio de Europa de 1999.
John Young 'Jackie' Stewart nació en Dumbartonshire, Escocia, el 11 de junio de 1939. Su padre era propietario de un garaje y su hermano mayor Jimmy, hombre de negocios, fue el primero de la familia en dedicarse a las carreras, aunque su madre no lo aprobaba. Hubo temores sobre el futuro de Jackie porque fue un fracaso en la escuela y la dejó a los 15 años de edad, posteriormente se le diagnosticó una dislexia severa, lo que hizo que sus logros posteriores fuesen aún más notables. Siendo todavía un adolescente comenzó a practicar el tiro al plato, convirtiéndose en uno de los mejores tiradores de Gran Bretaña. Comenzó en las carreras de berlinas y deportivos donde rápidamente demostró una gran talento nato, que le condujo al equipo de Ken Tyrrell contratándolo para la temporada 1963 de las series de Fórmula Tres Británica, en la que el veloz escocés ganó siete carreras seguidas.
En 1965 se incorporó a la Fórmula 1, con el equipo BRM y allí corrió durante tres temporadas, ganando dos Grandes Premios y estableciéndose firmemente como un corredor nato. En 1968, cuando Ken Tyrrell decidió pasarse a las carreras de Fórmula 1, Stewart se asoció con él para formar lo que se convertiría en una de las más productivas asociaciones de la Fórmula 1. En sus seis temporadas con Tyrrell, Stewart fue casi siempre el conductor de batir y se mantuvo así hasta que se jubiló a fines de 1973 a la edad de 34 años. Su carrera, que cuenta con 27 victorias y tres campeonatos mundiales en 1969, 1971 y 1973 le convirtieron en el mejor piloto desde Juan Manuel Fangio, pero las marcas que dejó en este deporte van mucho más allá de los libros de records.
Casi sin ayuda, y en contra de una fuerte oposición, la cruzada de Stewart fué la de mejorar las medidas de seguridad, y finalmente dió sus frutos, salvado innumerables vidas en lo que había sido el más mortífero deporte en el mundo. En un período especialmente peligroso, durante su época, las posibilidades de que un conductor que compitiera durante cinco años resultase muerto ascendían a dos de cada tres. En 1970, Stewart quedó desolado por la muerte de sus amigos más íntimos, Piers Courage y Jochen Rindt. En 1973, su compañero Francois Cevert en Tyrrell resultó muerto en lo que iba a ser la última carrera de Stewart. El equipo se retiró como señal de respeto, pero Stewart redobló sus esfuerzos por mejorar la seguridad.
Stewart se dio cuenta de la necesidad de incrementar las medidas de seguridad con la muerte se produjo en 1966 en el Gran Premio de Bélgica, en el circuito de Spa notoriamente peligroso. En la primera vuelta, una repentina lluvia lo envió a mitad del campo tras girar en una curva de izquierdas. Stewart quedó atrapado en una zanja en su arrugado BRM con fugas de combustible a su alrededor. No había comisarios de pista, y los conductores pilotaban tan cerca de los espectadores que también sufrían los accidentes. "Realmente era un montón de huesos rotos", recuerda Stewart. "Este es un deporte que provoca graves lesiones y la muerte está estrechamente relacionada con él, aún no hay infraestructuras que lo apoyen, y muy pocas medidas de seguridad para evitar graves lesiones. Por lo tanto, sentí que tenía que hacer algo".
Él fue quien introdujo los cascos integrales y los cinturones de seguridad para los conductores, y contribuyó a crear la unidad médica de los Grandes Premios que viajaría a todas las carreras desde entonces. Comenzó una campaña en favor de las barreras de seguridad y mayores escapatorias en zonas especialmente peligrosas como las curvas, para proteger a los espectadores y a los conductores.
"Pero hubo críticas por parte de los medios de comunicación, incluso de algunos conductores", recuerda Stewart. "Se me dijo que estaba eliminado lo romántico de este deporte, que las medidas de seguridad hicieron desaparecer la espectacularidad que rodeaba al automovilismo. Dijeron que no tuve agallas. Sin embargo, muchos de esos críticos jamás se estrellaron a 150 millas por hora. Afortunadamente, yo Sigo pensando que todo esto fué un gran éxito. Gané carreras en condiciones peligrosas, y eso me dio una mayor influencia. Por ejemplo, gané cuatro veces en el original Nurburgring en Alemania, la pista más peligrosa del mundo y, sin embargo, siempre temo ese lugar. En 1968 gané allí por más de cuatro minutos con una espesa niebla y lluvia en condiciones en que era imposible ver la carretera. Esa carrera nunca debería haber sido celebrada, y haber ganado por un gran margen me dio aún más credibilidad cuando exigí la mejora de la seguridad. Pero no habría hecho lo que hice, si hubiese querido ganar un concurso de popularidad".
Y, sin embargo, el carismático y brillante Stewart se hizo muy popular entre el público. Llevar ropa negra y el cabello como el de una estrella de rock, hicieron que Stewart se convirtiera en una celebridad internacional, la primera superestrella de la Fórmula 1. Aunque siempre fue un hombre de familia (profundamente dedicado a su esposa Helen y sus hijos Paul y Mark), fue visto como el atrevido piloto de carreras con un estilo de vida glamurosa, que se codeaba con la realeza, prominentes políticos, músicos y estrellas del cine.
También frecuentaba las salas de juntas empresariales de las grandes empresas y se convirtió en un multi-millonario mucho antes de que colgara el casco. Fue actor en anuncios comerciales de televisión y campañas de publicidad, dio discursos, asistió a giras de promoción en todo el mundo y tiene oficinas en Londres, Nueva York y Suiza, donde vivió por varios años. Stewart estuvo en buena posición para sacar provecho de los dividendos proporcionados por la llegada de los principales patrocinadores de Fórmula 1 cuando se convirtió en un espectáculo mundial de televisión, un fenómeno en el que también desempeñó un papel importante.
Se convirtió en una personalidad muy codiciada por los medios de comunicación y participó como comentarista de televisión, explicando los entresijos de este deporte, haciendo una incansable promoción del mismo. En 1971 trabajó para la televisión ABC, como co-anfitrión de la gran red de América del directo del Gran Premio de Mónaco. Sobre la parrilla de salida, antes de comenzar la carrera, Stewart habló a la cámara explicando en detalle lo complicada que sería la carrera en este circuito. Al finalizar la prueba, en la línea de meta, se quitó su casco y de nuevo se dirigió a la cámara, explicando la forma en que había ganado.
Siempre fue un ganador (incluso su nuevo equipo, el Stewart Grand Prix, en 1999 ganó antes de venderlo a Ford, pasando a llamarse Jaguar, y que no llegó a ninguna parte) y Jackie Stewart sigue siendo uno de los más conocidos campeones de Fórmula 1. Aún ama este deporte y en 2001 recibió el título de caballero por sus contribuciones a éste.
John Young Stewart (Milton, Escocia, 11 de junio de 1939) fue uno de los dominadores de la Fórmula 1 de finales de los 60 y comienzos de los 70.
Inicios
Jackie Stewart es una de esas personas que llevan el motor en la sangre desde que nacen, y es que en su familia era algo que estaba muy presente. El padre del escocés, mecánico de profesión, había sido piloto de motos, mientras que su hermano llegó a disputar el GP de Gran Bretaña de 1953. Con un escaso éxito escolar a causa de su dislexia, Stewart tuvo en principio que dedicarse al tiro con arco, ya que tras un accidente sufrido por su hermano, sus padres desaprobaban que se pusiera tras un volante. A pesar de sus buenas maneras con el arco y en contra de la opinión de sus padres, Jackie finalmente se dedicó al deporte de las cuatro ruedas. Sus primeros pasos fueron posibles gracias a Barry Filer, un cliente del negocio de sus padres, que le dio la oportunidad de probar uno de sus coches. El éxito de aquel primer contacto llegó a oídos de Ken Tyrrell.
Fórmulas de promoción
En 1963 y bajo la atenta mirada de Tyrrell, Stewart sorprendió a propios y extraños al superar a Bruce McLaren en un test con un Cooper F3. Jackie fue más rápido que su rival, que ya llevaba ocho años corriendo en Fórmula 1, y Tyrrell le ofreció un asiento en su equipo. En 1964, para que fuera ganando en experiencia, corrió la Fórmula 3, en la que ganó siete carreras seguidas.
Primeros pasos en la Fórmula 1
El salto a la Fórmula 1 se produce en 1965. Por aquel entonces el equipo Tyrrel no competía aún en la categoría reina, por lo que firmó por el equipo Owen Racing Organisation, que utilizaba chasis y motores BRM. Su carrera de debut fue el Gran Premio de Sudáfrica, en el que terminó sexto. En las cinco carreras siguientes completó cuatro podios, y en el GP de Italia de ese mismo año logró su primera victoria, terminando el campeonato en tercera posición. La temporada siguiente no fue tan positiva para Stewart, ya que tan sólo consiguió terminar en tres carreras. El año comenzó con victoria en el primer Gran Premio, el de Mónaco, pero en la siguiente cita, en Spa, sufrió un accidente que le marcó de por vida. Bajo una lluvia muy intensa, Stewart quedó atrapado en su monoplaza, el cual no paraba de perder combustible.
Las medidas de seguridad en la época eran precarias, y sólo la ayuda de otros dos pilotos posibilitó que saliera del vehículo. La rocambolesca historia no acaba ahí, ya que la ambulancia que le transportaba al hospital no conocía el camino y acabó extraviándose. Tras esa carrera, Jackie inició una lucha particular por mejorar la seguridad en la Fórmula 1, tanto para los pilotos como para los espectadores. En 1966 tuvo lugar también su debut en la Indianapolis 500, carrera que tuvo que abandonar por problemas mecánicos, pero que tras liderar durante 40 vueltas le valió para ser elegido 'Rockie del año'. 1967 no sería mucho mejor año que el anterior. Esa temporada tan sólo logró terminar dos carreras, y volvió a participar en la 'Indi' 500, repitiendo retirada.
La unión con Tyrrell
Las cosas mejoraron sustancialmente en 1968, finalizando el campeonato del mundo. Su fichaje por el equipo de Ken Tyrrell, con chasis Matra y motores Ford comenzó a dar resultados. Para el recuerdo quedará su victoria en el Gran Premio de Alemania de 1968, en el que se impuso con un margen de cuatro minutos y tres segundos al segundo clasificado, ni más ni menos que Graham Hill. A pesar de tamaña demostración, la victoria final en el Mundial sería para el piloto inglés, pero Stewart comenzaba a dar mucha guerra. La temporada siguiente sería la de su consagración. Lograría seis victorias, y se impondría con una diferencia abismal sobre su perseguidor más próximo, Jacky Ickx. Stewart se convertía en ese momento en el primer (y hasta el momento único) piloto en ganar el campeonato con un coche de construcción francesa.
En 1970 se produjo la ruptura definitiva con Matra, que quería utilizar sus propios motores, mientras que Tyrrell y Stewart querían continuar con los propulsores Ford. Tyrrell optó por comprar un chasis de Matra, y el equipo pasó a denominarse Tyrrell Racing Organisation. El ambiente revuelto acabó pasando factura y el piloto escocés completaría un discreto campeonato, que finalmente sería para Jochen Rindt atítulo póstumo. La temporada siguiente, con el patrocinio de Elf, deparó el segundo título para Stewart, y de nuevo con un dominio de principio a fin y logrando seis victorias. El tricampeonato tendría que esperar aún dos temporadas, ya que en 1972 se cruzó en su camino Emerson Fittipaldi, que lograba el título en su tercera temporada en la Fórmula 1. Finalmente fue en 1973 cuando Stewart entró en el selecto club de pilotos que acumulan tres títulos de campeón del Mundo, pero la victoria final estuvo marcada por la trágica muerte de su amigo y compañero de equipo Fraçois Cevert, en la clasificación del Gran Premio de Estados Unidos de 1973, el último de la temporada. Stewart, con el campeonato en el bolsillo, no tomó la salida ese día, y se retiró de las pistas tal y como tenía ya planeado.
Una vez finalizada su carrera como piloto, Stewart siguió unido al mundo del motor y particularmente a la Fórmula 1. Actualmente realiza labores como comentarist en la televisión estadounidense, y de 1997 a 1999 tuvo su propio equipo de Fórmula 1 en colaboración con su hijo, Paul Stewart. El Stewart Ford, tuvo en sus filas, entre otros, a Rubens Barrichello y Johnny Herbert, recayendo en el inglés el honor de ser quien dio al equipo del mítico piloto su única victoria, en el Gran Premio de Europa de 1999.
Años en Activo | 9 (desde 1965 a 1973) | ||
Mundiales | 3 (1969-1971-1973) | ||
Equipos | BRM, Matra, March, Tyrrell | ||
Grandes Premios | 99 | ||
Victorias | 27 | ||
Podios | 43 | ||
GP en Puntos | 57 | ||
Puntos Totales | 359 | ||
Poles | 17 | ||
Vueltas Rápidas | 15 | ||
Dobles (pole y victoria) | 8 | ||
Triples (pole, vuelta rápida y victoria) | 4 | ||
Primer Gran Premio | GP de Sudáfrica de 1965 con Owen Racing Organisation | ||
Primera Victoria | GP de Italia de 1965 con Owen Racing Organisation | ||
Última Victoria | Gran Premio de Alemania de 1973 | ||
Último Gran Premio | Gran Premio de los Estados Unidos de 1973 |
Fuentes: Varias páginas de internet, entre ellas Wikipedia